¿Qué es el ahorro de energía?
El ahorro o eficiencia energética consiste en utilizar la energía de mejor manera. Es decir, con la misma cantidad de energía o con menos, obtener los mismos resultados. Esto se puede lograr a través del cambio de hábitos, del uso tecnologías más eficientes, o una combinación de ambos.
¿Por qué es importante?
La generación de energía que necesitamos para vivir tiene impactos ambientales. Ahorrar energía ayuda a reducir este impacto y contribuye a combatir los efectos del calentamiento global y del cambio climático.
Las acciones de ahorro energético hacen también que los gastos en energía disminuyan.
A continuación se presentan 8 propuestas sencillas y económicas para ahorrar energía y dinero en nuestro hogar.
1. Sellar puertas y ventanas.
Para conseguir ahorrar en calefacción es imprescindible tener las puertas y las ventanas de la casa perfectamente selladas. La entrada de aire frío o caliente del exterior puede dificultar o imposibilitar la buena climatización del interior.
2. Instalar termostatos y temporizadores en los radiadores.
No aumentar la temperatura ambiente más de lo necesario y programar la calefacción para que se encienda un poco antes de la hora de levantarnos o de llegar a casa, supone un ahorro de entre el 8% y el 13% de la energía utilizada al mes, lo que podría traducirse en unos 60 euros mensuales.
Superar los 21 grados, una temperatura agradable para estar en casa, supone un incremento de energía del 7% por cada grado adicional. Dejar de lado el hábito de regular la temperatura podría suponer un gasto de casi 30 euros al mes.
3. Utilizar bombillas de bajo consumo o LED.
Dejar de usar bombillas tradicionales y colocar las de bajo consumo puede ahorrar hasta 200 euros al año.
4. Apagar lo que no se use.
Desconectar de la luz los aparatos que no estén en uso ahorrará entre 50 y 100 euros al año.
5. Usar el frigorífico de manera eficiente.
El frigorífico es uno de los aparatos que consume más energía en el hogar.
No situar el aparato fuera del alcance de los rayos del sol o dejar la puerta parcialmente cerrada puede generar un consumo hasta tres veces mayor al normal.
Dejar enfriar los alimentos antes de refrigerarlos, descongelar la nevera y limpiarla con un paño húmedo debería hacerse por lo menos cada dos meses.
También es conveniente limpiar los tubos del condensador ubicados en la parte posterior o inferior del aparato por lo menos dos veces al año.
Para que su funcionamiento sea lo más eficiente posible el frigorífico no debe tener polvo en la parte trasera y la escarcha de sus paredes no debe llegar nunca a los dos milímetros de espesor. Esta pequeña capa de hielo puede aumentar hasta un 10% el consumo de energía del aparato.
6. No pasar por alto las averías.
Las pequeñas averías y fugas del hogar pueden salir muy caras. Por eso, en casos como los de un inodoro que gotea o un grifo que pierde unas gotas de agua, es imprescindible actuar, y hacerlo cuanto antes.
Un grifo que gotee puede suponer un desperdicio de 30 litros diarios o lo que es lo mismo, de 17,5 euros al año.
7. Utilizar cisternas de doble descarga.
Las cisternas de doble descarga pueden suponer un ahorro de entre el 40% y el 50% del consumo de agua. Esto se traduce en unos 80 euros anuales.
8. Renovar electrodomésticos.
Un electrodoméstico viejo puede necesitar mucha más electricidad que uno moderno. Por eso, aunque pueda ser un desembolso inicial grande, renovarlos es una buena idea que supondrá ahorrarse hasta el 50% en la factura de la luz.